Crónica de la tragedia del río Tapartó, ocurrida el 26 de abril de 1993.  Después de 25 años, el evento catastrófico aún permanece en la memoria de muchos andinos.  Escrito desde la perspectiva del accionar de los grupos de socorro, muestra también el dolor humano de la tragedia con la inserción de fotos y video.  Se reproduce  texto publicado en la Revista de Interés.  Fotos cortesía del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Andes. 


En Tapartó, eficaz labor del Comité Local de Emergencias

Por Héctor Alonso Restrepo Rendón



El primer toque de sirena a las 2:00 a.m. del 26 de abril convocó a los cuerpos de socorro del municipio.  Una hora después, tres toques confirmaron la emergencia de Tapartó.  De inmediato se activó el Comité Local de Emergencias, presidido por el Alcalde Nevardo Morales Marín, quién se desplazó a la zona del desastre con su equipo de trabajo. 

De aquí en adelante se inició todo un despliegue de atención del desastre a través de dos comisiones: la técnica y la operativa.  Mientras los socorristas de la Cruz Roja, Defensa Civil y Bomberos con ayuda de la comunidad rescataban cadáveres y heridos, los miembros de la Comisión Técnica tomaban las primeras medidas para solucionar el daño de vías de acceso, viviendas y todo lo referente a la infraestructura física de la zona.


A lomo de caballo, a las 9:00 a.m. llegó a la cabecera de Tapartó el alcalde Morales Marín.  Después lo hicieron los cuerpos de socorro venidos de otros municipios, entre ellos los de Betania, encabezado por su alcalde Rigoberto Arroyave.  Por fin, en la tarde, ya se tenía una visión muy general de la magnitud de la tragedia.  Pero esta visión era triste y desoladora, y se empañaba más ante la impotencia para establecer una comunicación más efectiva entre Tapartó, Andes y Medellín.  Los motivos: sólo había una línea telefónica para atender las llamadas de damnificados, periodistas, familiares y miembros del Comité Local de Emergencias; las vías de acceso estaban fuera de servicio y la alterna en muy regular estado.

El martes a primera hora se desplazaron nueve comisiones sectorizadas a lo largo de la zona del desastre para realizar el primer censo técnico-social de la emergencia.  En tanto, llegaban a la zona el presidente César Gaviria Trujillo, el gobernador Juan Gómez Martinez y miembros de su gabinete, diputados, concejales y líderes comunitarios para ofrecer ayuda a los alcaldes municipales de Andes y Betania.  Al momento ya se tenía albergue y centro de acopio; y el Centro de Salud de Tapartó y el Hospital San Rafael atendían satisfactoriamente a heridos, afectados síquicamente por el desastre.


Gobernador de Antioquia Juan Gómez Martínez y presidente César Gaviria Trujillo recorren las calles del casco urbano de Tapartó.

Alcalde de Andes Nevardo Morales, un oficial sin identificar, presidente César Gaviria Trujillo, gobernador Juan Gómez Martínez y alcalde de Betania Rigoberto Arroyave Arroyave.

El miércoles el Comité Local de Emergencias ya tenía los resultados de censo técnico-social, con información sobre número de familias damnificadas, muertos, desaparecidos y viviendas afectadas.  Se decidió, entre muchas cosas, abrir un centro de acopio en el Palacio Municipal, enviar a Tapartó tanque de almacenamiento con capacidad para 500 galones de agua destinado al albergue, centro de salud y escuelas; y se ordena establecer un control para el acceso vehicular a la zona.  Los cuerpos de socorro continúan con su humanitaria labor y los técnicos trabajan arduamente en la recuperación de los tramos el Bosque-Tapartó y Betania-Tapartó.  La comunicación telefónica sigue siendo deficiente, a pesar de la puesta en servicio de algunos radioteléfonos.

La etapa de impacto fue atendida con eficiencia.  Así lo reconocen el Presidente Gaviria y el periódico "El Colombiano", que en su editorial del jueves 29 de abril dice que "la administración seccional, con el Gobernador a la cabeza, los comités de emergencia, tanto departamental como local, los organismos de socorro y cientos de voluntarios lograron adelantar las labores de rescate de cadáveres y atención de los sobrevivientes con rapidez y orden."

Este mismo día el Comité empezó a entregar ropas y víveres a los damnificados, de acuerdo con el censo realizado.  Para la entrega y recibo de donaciones se implementaba el lleno de formularios y constancias para evitar el desvío de las ayudas. Entrega efectiva y honestidad, ante todo.  En coordinación con el Comité Local, entra en funcionamiento el Comité Local de Emergencias de Tapartó, creado el día anterior para hacer más pronta y segura la atención del desastre.  Como ya se piensa en reconstrucción, se inicia otro censo, ahora con nuevos elementos técnicos y sociales: agropecuario (áreas y tipos de cultivos, infraestructura agropecuaria, beneficiaderos de café y panela, ganadería, etc.).  Además se reconfirman los datos de damnificados, desaparecidos, muertos y heridos.



Con la nueva información, el Comité inició los contactos para el proceso de reconstrucción, en el que están comprometidos la Presidencia de la República, la Gobernación, países amigos, los gremios económicos y profesionales, el suroeste y la comunidad andina y betaneña.  El costo final de daños fue avaluado en $1.380 millones, faltando por cuantificar el valor de la reubicación de casas campesinas y el de la reconstrucción como tal.

No terminaba el trabajo por la avalancha de Tapartó cuando ocurrió la creciente de la quebrada San Agustín, en el corregimiento de Santa Rita.  El Comité se hizo presente oportunamente con los cuerpos de socorro y las comisiones técnicas para evaluar  la situación, ya superada en parte, pues se requiere reforzar con urgencia la parte educativa y preventiva, en coordinación con el Comité Interinstitucional de Santa Rita; trabajo similar se adelantará en Santa Bárbara (el mismo Santa Inés).

Sin duda la eficiencia del Comité Local de Emergencias ha sido notable, pero mucho más notable aún ha sido la solidaridad de tantas instituciones y personas que no mencionaremos para no cometer omisiones imperdonables.  Estamos seguros de que sus acciones quedarán por siempre grabadas en el corazón de los golpeados por el desastre natural.



Los alcalde de Andes y Betania, en coordinación con sus respectivos Comités Locales de Emergencias, solicitarán al gobierno nacional la declaratoria de calamidad para sus respectivos municipios, con motivo de la avalancha del río Tapartó.

Con esta declaratoria, el presidente de la República puede tomar determinaciones especiales para la protección del medio ambiente y establecer subsidios y ventajas de tipo económico en beneficio de los damnificados.

Así recordaba Teleantioquia Noticias la tragedia de Tapartó en su emisión del 12 de abril de 2015






BALANCE HASTA MAYO 6 DE 1993
50 desaparecidos
17 muertos sin identificar
36 muertos identificados
05 hospitalizados
25 personas albergadas
322 damnificados
72 familias afectadas
36 casas destruidas
22 viviendas averiadas

Pérdidas agropecuarias          $339 millones
En vivienda                            $361 millones
En puentes, vías, escuelas      $585 millones
En acueductos                        $  98 millones

Total costos de daños            $ 1.383 millones





Comentarios

Entradas más populares de este blog